Un día
necesité escribir y descubrí que no sabía hacerlo. Durante más de quince años
no había ejercitado la caligrafía. Como buen conversador que era pude resolver todos
mis problemas durante años por la vía del lenguaje oral. En la adolescencia y
mi primera juventud era aficionado a escribir poesía, pero los perjuicios
sociales a los que mi padre, con quien vivía, estaba atado me obligaron a
ocultar cuando más a tirar en la basura mis primeros versos. En la década del
ochenta durante un allanamiento policial a mi casa unos de los policías
descubrió dentro de mi escaparate una escondida libreta de poesía: ¡mira si
aquí viven hasta maricones!, exclamó el policía. Recuerdo la mirada de odio de mi
padre en aquel momento. Pasado el mal rato, dije que la libreta era de mi
novia. Él se murió antes de que una obra mía fuera publicada. Pero aquel
incidente me cohibió de escribir durante años.
Comienza a leerlos gratis
ahora mismo en mi web: http://albertoacostabrito.galeon.com
o en mi blog http://albertoacostabrito.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola puedes dejar tus comentarios aquí. Gracias. Alberto